Cuando la Tesorería del Reino Unido se acercó a sir Partha Dasgupta en 2019 para llevar a cabo una revisión de la economía de la biodiversidad, la primera vez que se cree que un Ministerio de Hacienda encargó un estudio de este tipo, el eminente economista de la Universidad de Cambridge no lo pensó dos veces antes de decir “sí”.
Durante los siguientes 18 meses, el señor Dasgupta y su equipo combinaron evidencia científica, económica e histórica con modelos matemáticos rigurosos para elaborar La economía de la biodiversidad: Revisión Dasgupta.
Publicado en febrero de 2021, el informe histórico muestra que el crecimiento económico ha tenido un coste devastador para la naturaleza. Deja claro que la humanidad está destruyendo su bien más preciado, el mundo natural, al vivir por encima de las posibilidades del planeta y destaca las estimaciones recientes de que se necesitarían 1,6 veces la Tierra para mantener el nivel de vida actual.
“Cuando se leen las previsiones económicas, se habla de inversión en fábricas, tasas de empleo, crecimiento [del producto interno bruto]. Nunca mencionan lo que les está pasando a los ecosistemas”, dijo Dasgupta, quien es el Campeón de la Tierra de Ciencia e Innovación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) de este 2022. “Es realmente urgente que pensemos en ello ahora”, dijo.
El informe fue la culminación de cuatro décadas de trabajo en las que Dasgupta ha buscado traspasar los límites de la economía tradicional y dejar al descubierto la conexión entre la salud del planeta y la estabilidad de las economías.
La economía de la biodiversidad es la base de un ámbito cada vez más amplio de lo que se conoce como contabilidad del capital natural, en el que los investigadores intentan estimar el valor de la naturaleza. Esos números pueden ayudar a los gobiernos a comprender mejor los costes económicos a largo plazo de la explotación forestal, la minería y otras industrias potencialmente destructivas, lo que en última instancia refuerza el caso para proteger el mundo natural.
“Las contribuciones innovadoras de sir Partha Dasgupta a la economía durante décadas han despertado consciencia en el mundo sobre el valor de la naturaleza y la necesidad de proteger los ecosistemas que enriquecen nuestras economías, nuestro bienestar y nuestras vidas”, dijo Inger Andersen, Directora Ejecutiva del PNUMA.
La economía como parte de un 'tapiz'
Sir Partha Dasgupta nació en 1942 en lo que ahora es la capital de Bangladesh (Dhaka), en aquel momento, la ciudad era parte de la India. Su padre, el destacado economista Amiya Kumar Dasgupta, tuvo una gran influencia en él y en su camino hacia el mundo académico. Después de completar una licenciatura en física en Delhi, Dasgupta se mudó al Reino Unido, donde estudió matemáticas y luego obtuvo un doctorado en economía.
A través de sus muchas contribuciones importantes a la economía por las que se le otorgó el título de caballero en 2002, Dasgupta ha ayudado a dar forma al debate mundial sobre el desarrollo sostenible y el uso de los recursos naturales.
“Es una idea muy hermosa la de que todo lo que te rodea sean fábricas de la naturaleza que producen bienes y servicios: los pájaros que polinizan, las ardillas que entierran nueces y todo lo que hay bajo nuestros pies”, dijo Dasgupta.
“Es un tapiz desconcertante de cosas que están sucediendo, muchas de las cuales no se pueden observar. Y, sin embargo, están creando la atmósfera en la que los humanos y todos los organismos vivos pueden sobrevivir. La forma en que medimos el éxito o el fracaso económico, es decir, toda la gramática de la economía, debe construirse teniendo en cuenta este tapiz”.
Afecto por la naturaleza
El interés de Dasgupta por vivir de manera sostenible en un mundo de recursos naturales limitados se remonta a su ya clásico trabajo de 1969 Sobre el concepto de población óptima. En la década de 1970, el economista sueco Karl-Göran Mäler lo animó a desarrollar sus ideas sobre los vínculos entre la pobreza rural y el estado del medio ambiente y los recursos naturales en los países más pobres del mundo, un tema que estaba notablemente ausente de la corriente principal de la economía del desarrollo en ese momento.
Esto condujo a nuevas exploraciones de las relaciones entre la población, los recursos naturales, la pobreza y el medio ambiente, por las que Dasgupta ha sido aclamado.
“Me lo he pasado muy bien trabajando en este campo”, dijo. “Una de las razones por las que ha sido divertido es que no tenía competencia. Nadie más estaba trabajando en eso”.
Los pastizales, los bosques y los lagos de agua dulce son algunos de los ecosistemas favoritos de Dasgupta. Él cree que a los niños se les debe enseñar estudios de la naturaleza desde una edad temprana y que el tema debe ser tan obligatorio como la lectura, la escritura y la aritmética. “Esa es una forma de generar cierto cariño por la naturaleza. Si sientes afecto por la naturaleza, es menos probable que la destrocen”, dijo.
Riqueza inclusiva
A Dasgupta le apasiona la necesidad de sustituir el producto interno bruto (PIB) como una medida de la salud económica de los países porque solo cuenta una parte de la historia. En su lugar aboga por la “riqueza inclusiva”, que no solo registra el capital financiero y producido, sino también las habilidades de la fuerza laboral (capital humano), la cohesión en la sociedad (capital social) y el valor del medio ambiente (capital natural).
Esta idea está integrada en el Sistema de Contabilidad Económica Ambiental que apoyan las Naciones Unidas, que permite a los países hacer un seguimiento de los activos ambientales, su uso en la economía y los flujos de retorno de residuos y emisiones.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha desarrollado el índice de riqueza inclusiva. Calculado actualmente para unos 163 países, el índice demuestra que la riqueza inclusiva se expandió en un promedio del 1,8 % entre 1992 y 2019, muy por debajo de la tasa del PIB, en gran parte debido a la disminución del capital natural.
La naturaleza como bien de capital
Haciéndose eco de la urgencia del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de Ecosistemas para prevenir, detener y revertir la degradación de los ecosistemas, La economía de la biodiversidad de Dasgupta advierte que los ecosistemas críticos, desde los arrecifes de coral hasta las selvas tropicales, se están acercando a puntos de inflexión peligrosos, con consecuencias catastróficas para las economías y el bienestar de las personas.
El informe de 600 páginas reclama un replanteamiento fundamental de la relación de la humanidad con la naturaleza y cómo se valora, argumentando que el hecho de no incluir los "servicios de los ecosistemas" en los balances nacionales solo ha servido para intensificar la explotación del mundo natural.
“[Se trata] de introducir la naturaleza como un bien de capital en el pensamiento económico y mostrar cómo las posibilidades económicas dependen completamente de esta entidad finita”, dijo Dasgupta.