Chile es famoso por sus paisajes diversos, que incluyen el desierto de Atacama en el norte hasta las vastas cadenas montañosas de la Patagonia y la Tierra del Fuego. Pero el país también alberga unos valiosos, aunque poco conocidos, ecosistemas: las turberas, los mayores sumideros de carbono orgánico terrestre del mundo.
El país incluyó las turberas en sus contribuciones determinadas a nivel nacional para 2020 y está desarrollando una estrategia de turberas.
“Chile está liderando nuevas tendencias en la acción climática al priorizar soluciones basadas en la naturaleza en sus compromisos climáticos”, dijo la experta en turberas del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), Dianna Kopansky.
Se estima que 3% de la superficie de Chile está cubierta por 2,3 millones de hectáreas de este tipo de humedal que almacenan aproximadamente 4,8 gigatoneladas de carbono acumulado durante más de 18.000 años. Esto es casi cinco veces más carbono que el almacenado en la biomasa aérea de todos los bosques de Chile.
Dos millones de hectáreas de turberas se encuentran en la región más meridional de Magallanes, donde se han encontrado hasta de 12 metros de profundidad. Otras 90.000 hectáreas se ubican en el lado chileno de Tierra del Fuego, que posee la concentración más meridional de turberas del mundo, amenazadas por la expansión de las tierras agrícolas y la remoción ilegal de los musgos y la turba.
Sin embargo, aún no se ha calculado la superficie total de turberas en todo Chile, incluida aquellas desplegadas bajo los bosques nativos.
El Gobierno de Chile está planeando un inventario nacional de turberas en 2020-2021 y tiene como objetivo incluir este tipo de humedal en su inventario de emisiones de gases de efecto invernadero.
La turba (material orgánico que contienen las turberas) está actualmente clasificada como un recurso fósil en el Código de Minería de Chile, lo que amenaza su capacidad para secuestrar carbono y puede hacer que el ecosistema pase de ser un sumidero de carbono a una fuente de carbono. Esto podría cambiar gracias a un proyecto de ley que está siendo considerado por el Congreso chileno para proteger este tipo de humedal.
El PNUMA está colaborando con la Fundación Tompkins y otros socios de la Iniciativa Mundial sobre las Turberas, como la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre (WCS) y el Centro Greifswald Mire, para apoyar a Chile en sus planes de acción sobre turberas, clima y biodiversidad.
“El PNUMA está reuniendo a socios para intercambiar las mejores prácticas y llevar la ciencia a los encargados de formular políticas a través de la Iniciativa Global sobre las Turberas”, añadió Kopanksy.
La Iniciativa Mundial sobre las Turberas es una alianza entre expertos e instituciones líderes, incluido el PNUMA, que busca salvar las turberas y evitar que el carbono que secuestran llegue a la atmósfera.
"Estamos trabajando para fomentar las mejores prácticas mediante el apoyo a la colaboración Sur-Sur y triangular, reforzando la colaboración entre Escocia y Chile, conectando a Chile con Perú y Argentina, y planificando el viaje virtual a las turberas de Tierra del Fuego en la campaña Feroz Por La Vida del PNUMA", dijo Kopansky.
El PNUMA y sus socios han liderado avances en foros mundiales como la resolución de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente de marzo de 2019 Conservación y gestión sostenible de las turberas, para crear conciencia sobre este tipo de humedal y su papel en la acción climática, así como sobre sus beneficios para la biodiversidad, la regulación y la calidad del agua, y la resiliencia.
El PNUMA también está implementando un proyecto financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF) para integrar la conservación de los humedales costeros del centro-sur de Chile a través de la gestión adaptativa de los ecosistemas de las zonas costeras.
"La región centro-sur de Chile contiene una cantidad aún desconocida de turberas, por eso estamos trabajando con la Iniciativa Mundial sobre las Turberas para fortalecer el proyecto PNUMA / GEF", dice el coordinador del proyecto y director de la Oficina Subregional para el Cono Sur del PNUMA, José Dallo.