En 2018, se declaró el Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas 2021-2030 en un esfuerzo por revertir siglos de daños a los bosques, humedales y otros ecosistemas. Al año siguiente, incendios forestales arrasaron bosques en la Amazonía, el este de Australia y la costa occidental de los Estados Unidos.
La cobertura en los medios y las redes sociales sirvió como un llamado a la acción mundial y, desde entonces, se han movilizado millones de dólares para cultivar árboles y restaurar bosques y granjas.
Pero campañas como éstas pueden crear un dilema. Los financiadores a menudo tienen problemas para encontrar personas en las que puedan confiar para hacer el arduo trabajo de plantar árboles. Y, por su lado, los plantadores deben comprender la tierra y la ecología de los lugares donde harán su trabajo y saber qué tipos de árboles sobrevivirán y responderán a las necesidades de un área en particular.
Los financiadores también quieren conectarse con proyectos que están equipados para administrar el gran volumen de financiamiento que ahora se dirige hacia la siembra de árboles.
TerraMatch, una plataforma que incluye un sitio web y una aplicación para iPhone y Android, está diseñada para abordar este desafío: utiliza un algoritmo para hacer coincidir las ofertas de financiación con los proyectos que son ejecutados por líderes experimentados, capaces de llevar los árboles correctos al terreno correcto.
"La gente apoya el cultivo de árboles con varios propósitos en mente, pero lograr esos objetivos requiere experiencia local", dice Aaron Minnick, administrador de TerraMatch, que forma parte de la Iniciativa de Restauración Global del Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés).
"Cuando los donantes y las personas locales desarrollan juntos las estrategias, basados en el entendimiento mutuo y objetivos comunes, es mucho más probable que tengan éxito", añade Minnick.
El poder de los árboles
Desde cualquier punto de vista, los árboles son una inversión inteligente. Mantienen el planeta fresco, absorben carbono y filtran la contaminación del aire. También mitigan los desastres naturales al regular el clima, estabilizar la tierra, proteger los cultivos y reducir las oportunidades de transmisión de patógenos entre animales y personas.
Pero cultivar árboles de la manera correcta no es tan simple como parece. La historia está llena de ejemplos de plantaciones de árboles que salieron mal. Los árboles plantados en pastizales en Australia, Brasil y Sudáfrica han dañado plantas y animales locales, y han reducido los flujos de agua. Los mezquites sembrados en Kenia para combatir la desertificación crecieron de manera tan agresiva que diezmaron la vegetación nativa, bloquearon carreteras y canales de riego, y resultaron en una importante pérdida económica y de biodiversidad para la población local.
Conectando los puntos
En los últimos dos años, la conciencia pública y los desastres naturales catastróficos han creado un punto de inflexión y han estimulado el llamado de autoridades gubernamentales y empresas a restaurar los recursos menguantes de la Tierra.
De hecho, Minnick dice que la presión ha sido tal que "las empresas, las organizaciones no gubernamentales y los gobiernos ahora están destinando dinero a un ritmo rápido, específicamente para este propósito".
A través de la técnica de TerraMatch, el WRI ha canalizado más de US$ 2 millones hacia los expertos locales. En las granjas y bosques de Ruanda, cooperativas dirigidas por mujeres están cultivando 42.000 árboles nativos, reforzando laderas y terrazas, y evitando la erosión para proporcionar una fuente sostenible de madera y agua para su comunidad. En la Amazonía peruana, agricultores cultivan más de 300.000 árboles para proteger la biodiversidad de la Reserva Nacional Tambopata y albergar granjas de cacao que son una fuente de ingresos para más de 10.000 personas.
Y habrá más fondos en 2021. En México, propietarios de tierras cultivarán 500.000 árboles jóvenes de palo de Campeche o palo tinto, con lo cual protegerán más de 1.500 hectáreas de hábitat para jaguares y monos aulladores, y ayudarán a almacenar 100.000 toneladas de CO2.
En los bosques andinos, comunidades indígenas están plantando millones de árboles de Polylepis, que proporcionan medicamentos, alimentos y agua, así como un hogar para especies endémicas. Y en Brasil, gobiernos y organizaciones locales están trabajando para restaurar con árboles nativos el biodiverso pero fragmentado Bosque Atlántico.
"Nunca subestimes el poder de un pequeño grupo de personas unidas por un propósito", dice Musonda Mumba, jefa de la Unidad de Ecosistemas Terrestres del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
"Los cambios fundamentales no se aplican de forma remota, ni por los gobiernos o ejecutivos de empresas, sino a través de esfuerzos locales y prácticos", añade Mumba.
Un impulso hacia los objetivos globales
TerraMatch se ve a sí mismo como el centro de gravedad para la comunidad que cultiva árboles, al conectar esfuerzos y alentar el progreso.
"La idea de plantar árboles no es nueva. Pero ahora el mundo se ha despertado. Las prioridades, políticas y promesas están ayudando a llevar dinero a las bases. Es hora de llevar a todos a un lugar donde podamos trabajar juntos y aprender unos de otros", dice Minnick.
Todos los financiadores y desarrolladores de proyectos en TerraMatch siguen los principios de restauración de bosques y paisajes, un enfoque que pone en el centro las experiencias y prioridades de las personas que viven en el ecosistema para maximizar el impacto ambiental y económico.
Esos principios guían el Desafío de Bonn, un esfuerzo global para restaurar 150 millones de hectáreas de tierras deforestadas y degradadas para 2020 y 350 millones de hectáreas para 2030. Al trabajar con las plataformas regionales AFR100 en África y la Iniciativa 20x20 en América Latina y el Caribe, TerraMatch ayudará los países a cumplir sus compromisos de restauración al tiempo que apoyan los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la acción climática.
El proyecto también apoya a grandes socios corporativos que desean cultivar árboles de la manera correcta, y complementa alianzas como la iniciativa Un billón de árboles, un esfuerzo del Foro Económico Mundial para canalizar la inversión corporativa en favor de la protección y el cultivo de 1 billón de árboles para 2030.
Con el fin de garantizar el éxito a largo plazo, WRI está desarrollando un conjunto de protocolos para monitorear proyectos de crecimiento de árboles a lo largo del tiempo. Rastreos en intervalos clave de hasta 15 años, tecnología satelital de última generación y recopilación de datos a nivel de campo se integrarán a la plataforma TerraMatch, lo que permitirá a los financiadores monitorear el progreso en su cartera.