En el 35 aniversario del Protocolo de Montreal relativo a las Sustancias que Agotan la Capa de Ozono, organizado por el PNUMA, las investigaciones han demostrado que este acuerdo había generado mayores beneficios climáticos de lo esperado. Un estudio indica que el Protocolo puede haber evitado un calentamiento de 1,7 °C para finales de siglo al prohibir las sustancias que agotan la capa de ozono y contribuyen al calentamiento global.
El mismo estudio concluyó que, sin el Protocolo de Montreal, la radiación ultravioleta habría destruido los ecosistemas, lo que habría provocado la liberación de 690.000millones de toneladas de carbono que actualmente se encuentran en las plantas y el suelo. El aumento adicional de temperatura evitado se estimó entre 0,5 y 1°C. En virtud de su Enmienda de Kigali, el Protocolo busca beneficios adicionales mediante la reducción gradual de los hidrofluorocarbonos, un potente gas de efecto invernadero, y el aumento de la eficiencia energética de los equipos de refrigeración.
