16 Nov 2017 Reportaje Nature Action

Hogar, seguro hogar: Cómo un ambiente sano puede protegernos de los desastres

Sólo este año, desde Sri Lanka hasta Sierra Leona, de California al Caribe, y desde México hasta Madagascar, la sequía, los huracanes, las inundaciones, los terremotos, los deslizamientos de tierra y los incendios forestales han causado estragos en viviendas y pérdidas en vidas.

Hoy, el Día Internacional de la Reducción de los Desastres, es una oportunidad para ver la situación en perspectiva y reflexionar sobrelas actividades humanas que estimulan los desastres y lo que podemos hacer para mitigar la miseria que estos causan a millones de personas.

El tema del Día Internacional este año es "hogar, seguro hogar", una idea que captura la esencia de lo que está en juego. 26 millones de personas son desplazadas cada año por desastres naturales, y en promedio, cada segundo un desastre natural obliga a alguien a huir de la seguridad de su vivienda. Tal acto de supervivencia a menudo va acompañado de la pérdida de los medios de vida y la desintegración de la estabilidad y el bienestar de las comunidades.

Esta tendencia se ha repetido en las últimas décadas, pero con cada desastre la historia sigue repitiéndose. Para acabar con este sufrimiento innecesario, los gobiernos deben adoptar políticas que reduzcan el riesgo de desastres, en lugar de simplemente responder después de los hechos.

Si bien la experiencia sugiere que los desastres ocurren sin previo aviso, ahora hay una clara comprensión de cómo la pobreza, la rápida urbanización, la débil gobernabilidad, el cambio climático, la degradación ambiental y la decadencia de los ecosistemas interactúan para aumentar los riesgos en todo el mundo.

Mientras tanto, el cambio climático ya está obligando a las personas a salir de sus hogares, un fenómeno que probablemente se volverá más pronunciado en los próximos años. La sequía y la desertificación, el aumento del nivel del mar, los desastres naturales impulsados ​​por el clima y la competencia por los recursos pueden empujar a más personas a migrar. El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) predice que el desplazamiento por causas climáticas se convertirá en un tema humanitario y de desarrollo en los próximos años.

Las tendencias entrelazadas del cambio climático, el crecimiento de la población, el aumento del consumo, los grandes proyectos de infraestructura y la degradación ambiental pueden llevar a un mayor número de personas desplazadas en el futuro. Esto es particularmente probable si estas situaciones se producen tras las respuestas inadecuadas de los gobiernos y la comunidad internacional en el desarrollo de la resiliencia de los países ante estos cambios. La cifra comúnmente citada indica que podría haber hasta 200 millones de personas desplazadas por razones ambientales en 2050.

Eso significaría que, en un mundo de nueve mil millones de personas, una de cada 45 se habría visto obligada a abandonar su hogar por razones ambientales, y es posible que haya que dejar algunos territorios insulares inhabitados. Hacer frente a ese desplazamiento puede ser el desafío ambiental más crucial del siglo XXI.

A medida que ha crecido la comprensión de estas relaciones, los gobiernos han adoptado cada vez más enfoques basados ​​en la evidencia, las estrategias interdisciplinarias y las soluciones innovadoras para mitigar el riesgo de desastres en todas sus formas.

Las organizaciones internacionales, los estados y las comunidades cooperan cada vez más con este fin. El Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres es un acuerdo voluntario y no vinculante de 15 años (2015-2030) que reconoce que los estados tienen el papel principal en la reducción del riesgo de desastres, pero esa responsabilidad debe compartirse con otras partes interesadas, como los gobiernos locales, el sector privado, la sociedad civil y las comunidades. El Marco también exige acciones específicas para abordar los factores implícitos de los riesgos de desastres, como la pobreza y la desigualdad.

Los marcos globales y regionales pueden proporcionar un ancla para las aspiraciones y una visión sobre la cual construir. Pero sin la acción concreta y resuelta de los gobiernos, las sociedades y las comunidades, estos lineamientos se desmoronarán. Los desastres pueden afectar tanto a los países pobres como a los ricos, y el desarrollo equitativo y sostenible seguirá siendo difícil de alcanzar si algunas naciones se encuentran constantemente en recuperación, por eso la responsabilidad de actuar recae sobre todos nosotros.

Con previsión, voluntad política y espíritu de cooperación, nuestro enfoque colectivo debe pasar de apagar fuegos a prevenirlos si queremos disminuir el riesgo de desastres y atenuar el sufrimiento humano.

 

Conozca más sobre el trabajo de ONU Medio Ambiente en desastres y conflictos.