La pérdida de la naturaleza tiene consecuencias de largo alcance. Todo daño a los ecosistemas agrava el cambio climático, socava la seguridad alimentaria y pone en peligro a las personas y las comunidades.
- Alrededor del 40% de la población mundial, lo que equivale a 3.200 millones de personas, resulta afectada negativamente por la degradación de la tierra.
- Hasta US$ 577.000 millones en producción agrícola mundial anual están en peligro a causa de la pérdida de animales polinizadores.
- El 25% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero son generadas por la limpieza de la tierra, la producción de cultivos y la fertilización.
- El desarrollo está poniendo a los animales y a los humanos en contacto más cercano, lo que aumenta el riesgo de propagación de enfermedades como la COVID-19. Se calcula que alrededor del 60% de las infecciones humanas se originan de los animales.
- Entre 100 y 300 millones de personas corren un mayor riesgo de sufrir las consecuencias de las inundaciones y huracanes debido a la pérdida de hábitat en zonas costeras.
- Al ritmo actual del declive de la naturaleza y la biodiversidad, se socavará el progreso relativo a 35 de las 44 metas de los ODS en materia de pobreza, hambre, salud, agua urbana, clima, océanos y suelos terrestres.