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22 May 2021 Comunicado de prensa Sustainable Development Goals

El mundo no está en camino a alcanzar los objetivos ambientales de la Agenda 2030: nuevo informe

Nairobi, 22 de mayo de 2021 — A pesar del progreso en áreas ambientales clave como agua limpia, saneamiento, energía limpia, manejo forestal y desechos, los países aún viven de manera insostenible y están en camino de fallar en las dimensiones ambientales de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, según el informe Evaluación del Progreso: el medio ambiente y los ODS, publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) en el marco del Día Internacional de la Diversidad Biológica.

El informe encontró que algunas áreas ambientales, como la pérdida de biodiversidad y el cambio climático, han continuado deteriorándose.

“Todavía no hemos adoptado el ritmo de cambio necesario para estar en línea con la Agenda 2030. El informe deja claro que nos estamos quedando cortos y, en algunos casos, estamos retrocediendo. El mundo no puede mantener nuestra tasa de uso y abuso para siempre. Es imperativo que aceptemos los cambios en los estilos de vida y los medios de vida necesarios para lograr los objetivos de 2030 ”, dijo Elizabeth Maruma Mrema, secretaria ejecutiva del Convenio sobre la Diversidad Biológica.

La Agenda 2030 emana de la Resolución de la ONU de 2015 que establece metas claras para un futuro sostenible, con objetivos acordados internacionalmente en 17 áreas como pobreza, hambre, salud, acción climática, energías limpias y consumo responsable, entre otras. El informe hace un llamado a recopilar datos e indicadores mejorados para encontrar la manera de garantizar que el desarrollo avance dentro de los límites planetarios.

El informe revisa datos e información sobre los aspectos ambientales de cada uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y su progreso en todo el mundo. La publicación se basa en el desempeño global y regional evaluado mediante los indicadores de los ODS que tienen una relación directa con los problemas ambientales.

Si bien se halló un aumento de los datos disponibles, también hubo un aumento en las tendencias a la baja entre un mayor número de indicadores en comparación con el informe de progreso previo, de 2019. Los datos ambientales publicados en el primer informe de evaluación del progreso mostraron que de la fracción de 32% de los indicadores con datos (30 indicadores), 74% (22 indicadores) siguieron una tendencia positiva y 26% (8 indicadores) indicaron pocos cambios o una tendencia negativa. En este informe de 2021, del 42% de indicadores con datos (39 indicadores), 67% (26 indicadores) siguieron una tendencia positiva y 33% (13 indicadores) mostraron pocos cambios o una tendencia negativa.

La naturaleza interrelacionada de los ODS significa que el logro de un objetivo o meta puede contribuir al logro de otros objetivos o metas, o bien, que los avances en un objetivo pueden entrar en conflicto con el logro de otro.

El informe utiliza un enfoque analítico, basado en datos, para probar la relación entre los indicadores de los ODS. Así, el análisis revela ejemplos donde las correlaciones son significativas y consistentes con la intuición o la evidencia publicada. Por ejemplo, el consumo nacional de materias primas relacionado con la extracción de biomasa está correlacionado negativamente con las especies en peligro de extinción.

Por otro lado, con respecto a la pérdida de biodiversidad, la extensión cada vez mayor de áreas protegidas y otras medidas de protección no se han traducido en reducciones en el número de especies en peligro de extinción. Sin excepción, se ha fallado en todas las Metas de Aichi para la Diversidad Biológica, una estrategia global de 10 años diseñada para conservar la diversidad biológica para 2020, según la quinta Perspectiva Mundial sobre la Diversidad Biológica.

El informe identificó una brecha en la diversidad y el uso de los datos y estadísticas ambientales para informar las políticas gubernamentales y la toma de decisiones, en particular en los “big data” ambientales producidos por sensores remotos, sensores in situ y tecnologías de inteligencia artificial, así como datos recopilados mediante actividades de contabilidad ambiental y económica. Las estadísticas e indicadores producidos parecen estar infrautilizados, y los gobiernos no se han apoyado en estos datos para elaborar sus políticas.

“Nuestro conocimiento de la dimensión ambiental de los ODS está rezagada. Nuestra limitada capacidad para recopilar, difundir y utilizar de manera eficaz los datos ambientales ha obstaculizado nuestra comprensión holística del medio ambiente y el efecto que los factores socioeconómicos tienen en él. Esperamos que este informe ayude a los países a fortalecer la acción sobre las dimensiones ambientales con miras a cumplir con la Agenda 2030”, dijo Jian Liu, director de la División de Ciencias del PNUMA..

Si los responsables de la formulación de políticas quieren ampliar su conocimiento de las acciones prioritarias necesarias para cambiar el rumbo del deterioro ambiental continuo y aumentar las posibilidades de alcanzar los ODS en materia ambiental, tendrán que fortalecer las capacidades de los datos ambientales en tres áreas: metodologías de recopilación de datos con estándares internacionales para asegurar su comparabilidad; gestión de datos para garantizar el acceso abierto y análisis de datos para comprender mejor lo que sucedió, por qué sucedió, qué podría suceder en un futuro y cómo responder, según el informe.

NOTAS PARA LOS EDITORES

Acerca del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA)

El PNUMA es la autoridad ambiental líder en el mundo. Proporciona liderazgo y alienta el trabajo conjunto en el cuidado del medio ambiente, inspirando, informando y capacitando a las naciones y a los pueblos para mejorar su calidad de vida sin comprometer la de las futuras generaciones.

Acerca del Convenio sobre la Diversidad Biológica 

El  Convenio sobre la Diversidad Biológica es un tratado internacional para la conservación de la biodiversidad, el uso sostenible de los componentes de la biodiversidad y la distribución equitativa de los beneficios derivados del uso de recursos genéticos. Fue abierto a firma en 1992 durante la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro, y entró en vigor en diciembre de 1993. Con 196 Partes, el Convenio tiene una participación casi universal entre los países.

Para obtener más información, favor de contactar a:

Keishamaza Rukikaire, jefa de Noticias y Medios, PNUMA