Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas ha laureado a las primeras 10 Iniciativas Emblemáticas que ilustran a la perfección la amplitud y el potencial prometido las actividades de restauración ya en curso. Estas diez iniciativas se han propuesto como objetivo común restaurar más de 60 millones de hectáreas de zonas degradadas, lo que equivale aproximadamente a la superficie de Madagascar o Ucrania, así como crear más de 13 millones de empleos.
Descubrir las iniciativasPuede que el Bosque Atlántico de América del Sur no sea tan famoso como su vecino, el Amazonas, pero el Bosque Atlántico lo supera en dos aspectos clave: el grado de degradación que ha sufrido y el enorme esfuerzo que se está realizando para restaurarlo.
Antaño, el Bosque Atlántico abarcaba una vasta extensión de Brasil, Paraguay y Argentina. Sin embargo, se ha reducido a fragmentos tras siglos de tala, expansión agrícola y urbanización, incluido el crecimiento de grandes ciudades como Río de Janeiro y Sao Paulo.
Para cambiar este panorama, cientos de organizaciones participan activamente desde hace décadas en el Pacto pela Restauração da Mata Atlântica (en portugués) y la Red Trinacional de Restauración del Bosque Atlántico mediante actividades de protección y restauración del bosque en los tres países. Sus iniciativas están creando corredores ecológicos para especies en peligro de extinción, como el jaguar y el tití león dorado, a la vez que garantizan el suministro de agua para las personas y la naturaleza, contrarrestan y fortalecen la resiliencia frente al cambio climático y crean miles de empleos.
Los dugongos, unas criaturas parecidas a los delfines que ciertos antiguos marineros confundían con sirenas, son un barómetro de la salud de nuestros océanos. Cuando las condiciones permiten que estos encantadores mamíferos marinos crezcan, los corales, las tortugas y una infinidad de otras especies también prosperan.
La protección de la segunda población de dugongos más grande del planeta es un objetivo fundamental de la campaña en los Emiratos Árabes Unidos para restaurar lechos de hierba marina, el alimento preferido del dugongo (que es herbívoro), los arrecifes de coral y manglares de la costa del Golfo Arábigo.
El proyecto en curso de implementación en el emirato de Abu Dhabi mejorará las condiciones de un gran número de plantas y animales, incluidas cuatro especies de tortugas y tres tipos de delfines. Las comunidades locales se beneficiarán de la recuperación de una parte de las 500 especies de peces, así como de mayores oportunidades para el ecoturismo.
Abu Dhabi quiere garantizar que sus ecosistemas costeros sean resilientes frente al calentamiento global y el rápido desarrollo urbano de las zonas costeras en lo que ya es uno de los mares más cálidos del mundo.
La Gran Muralla Verde es una apuesta extraordinaria para restaurar sabanas, pastizales y tierras agrícolas a lo largo y ancho de África. La iniciativa está diseñado para ayudar a las familias y a la naturaleza a hacer frente al cambio climático y evitar que el desierto del Sáhara se extienda aún más en una de las regiones más pobres del mundo.
La Unión Africana puso en marcha esta iniciativa emblemática en 2007 que comenzó como una campaña de plantación de árboles y ahora se destaca como iniciativa integral de desarrollo rural. Su objetivo fundamental es transformar la vida de millones de personas en la región del Sahel mediante la creación de un cinturón de paisajes verdes y productivos en 11 países.
Mientras que la Gran Muralla Verde se focaliza en las tierras degradadas que se extienden a lo largo del continente, esta Iniciativa Emblemática de la Restauración Mundial tiene un enfoque particular en Burkina Faso y el Níger.
La creciente inseguridad en esta región se suma a la urgencia de contrarrestar la degradación ambiental, una preocupante combinación que estimularía los conflictos y los desplazamientos. A pesar de los desafíos, las iniciativas de restauración están teniendo éxito, por ejemplo, se ha animado a los agricultores a recoger agua, a dejar que los árboles se regeneren de forma natural y a adoptar técnicas agrícolas sostenibles. Los animales, como las jirafas, también están regresando a habitar las áreas restauradas.
El crecimiento demográfico, la industrialización y el riego inadecuado han degradado el río Ganges, y han tenido un efecto en su curso de 2.700 kilómetros desde el Himalaya hasta la Bahía de Bengala. El cambio climático supone una grave amenaza adicional.
La iniciativa Namami Gange dirigida por el Gobierno de la India fue puesta en marcha en 2014 y ha invertido en la gestión de desechos y el tratamiento de aguas, al tiempo que ha despertado conciencia en la población y ha implicado a las comunidades en la conservación y restauración de los ecosistemas.
La iniciativa emblemática está reforestando partes de la cuenca del Ganges y fomentando la agricultura sostenible. También tiene como objetivo recuperar especies importantes de vida silvestre, incluyendo delfines de río, trioníquidos, nutrias y el sábalo hilsa, un alimento importante para los peces.
Se espera que la restauración del Ganges, el río más sagrado de la India, proporcione una amplia gama de beneficios ecosistémicos a millones de personas que viven en su vasta cuenca y proteja su profunda conexión espiritual y cultural con sus aguas.
Las regiones montañosas se enfrentan a desafíos únicos en un mundo tan cambiante. En particular, el cambio climático está derritiendo los glaciares, erosionando los suelos y llevando a muchas especies a la extinción. El agua que las montañas suministran a las granjas y ciudades de las llanuras está dejando de ser fiable.
Esta iniciativa emblemática presenta múltiples proyectos en tres regiones diversas que están haciendo que los ecosistemas montañosos sean más resistentes para que puedan sustentar tanto a las personas como a la vida silvestre única de los territorios de montaña.
En el macizo volcánico de Virunga, los gorilas de montaña en peligro de extinción han regresado a las áreas protegidas de Uganda, Rwanda y la República Democrática del Congo. Los turistas atraídos por estos simios icónicos y en peligro de extinción proporcionan ingresos bien recibidos por las autoridades y comunidades de las zonas pobres y densamente pobladas vecinas a los parques protegidos.
En Kirguistán, los pastores han adoptado un manejo más sostenible de los pastizales para que proporcionen una mejor alimentación tanto al ganado como al íbice siberiano. Asimismo, otros animales salvajes se están beneficiando de dos nuevas áreas protegidas. Los leopardos de las nieves, que se alimentan del íbice siberiano, están resurgiendo.
En Serbia, las autoridades están ampliando la cubierta arbórea y revitalizando los pastizales en dos áreas protegidas, y han planificado expandirlas y elevarlas a la categoría de parque nacional. Los osos pardos han regresado a los bosques, donde la restauración también está ayudando a los ecosistemas a recuperarse de los incendios forestales.
Esta iniciativa emblemática centra sus actividades en tres pequeños Estados insulares en desarrollo, por la que se impulsa de cima a sima la restauración de los ecosistemas únicos y se aprovecha el crecimiento de la economía azul para ayudar a las comunidades insulares a recuperarse de la pandemia de COVID-19.
Al otro lado del archipiélago de Vanuatu, los objetivos de restauración incluyen reducir la presión sobre los arrecifes de coral, hogar de una gran variedad de vida marina, para que las poblaciones de peces puedan recuperarse. Esto supone apoyar a las comunidades costeras, muchas de las cuales viven del mar.
En las las Comoras, la restauración está ayudando a las comunidades a mejorar sus ingresos mediante la gestión de los recursos de cuatro áreas protegidas más sostenibles. Los ecosistemas en curso de restauración incluyen praderas submarinas, arrecifes de coral, manglares y bosques.
En Santa Lucía, la restauración de manglares y praderas submarinas protege las zonas costeras utilizadas para cultivar musgo marino y favorece las poblaciones de peces. Se está capacitando a las comunidades para que produzcan carbón de manera sostenible y obtengan ingresos alternativos a partir del ecoturismo y la apicultura.
Además de crear una "caja de herramientas" con soluciones para el desarrollo sostenible de las islas, esta iniciativa emblemática tiene como objetivo amplificar la voz de las naciones insulares que han estado haciendo frente al aumento del nivel del mar y a la intensificación de las tormentas como resultado del cambio climático.
Al igual que muchos pastizales en todo el mundo, las vastas estepas de Asia Central están en declive debido a factores como la explotación abusiva de los pastos, la conversión del uso del suelo en tierra de labranza y el cambio climático.
En Kazajstán, la Iniciativa de Conservación Altyn Dala ha estado trabajando desde 2005 para restaurar los ecosistemas esteparios, semidesérticos y desérticos dentro de la histórica área de distribución de la saiga, un antílope que fuese abundante hace años y que actualmente está en peligro crítico por la caza y la pérdida de su hábitat.
Además de recuperar y proteger la estepa, la iniciativa ha ayudado a conservar humedales que son puntos de descanso esenciales para unos 10 millones de aves migratorias cada año.
Los antílopes saiga son clave para la salud de los pastizales. Junto con iniciativas para equilibrar las necesidades de la vida silvestre y el ganado, la restauración de la estepa favorece los medios de subsistencia de los pastores tradicionales y protege contra los incendios forestales. Las comunidades locales de esta región escasamente poblada también se están beneficiando de la creación de cientos de empleos verdes en el gran número de nuevas áreas protegidas.
Los ecosistemas y las poblaciones humanas que habitan el Corredor Seco Centroamericano son especialmente vulnerables al cambio climático a causa de su exposición a las precipitaciones impredecibles y a las olas de calor. Recientemente, el 2019 marcó el quinto año de sequía en el que se contabilizaron 1,2 millones de personas en la región que necesitaron ayuda alimentaria.
El núcleo de esta iniciativa emblemática de restauración es aprovechar los métodos agrícolas tradicionales para aumentar la productividad de los paisajes rurales, incluida su biodiversidad, en estas duras condiciones climatológicas; la iniciativa abarca seis países: Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá.
Por ejemplo, la plantación de árboles junto con cultivos como el café, el cacao y el cardamomo puede aumentar la fertilidad del suelo y la disponibilidad de agua, al tiempo que sustenta gran parte de la biodiversidad del bosque tropical original.
La iniciativa emblemática tiene como objetivo ampliar la restauración de los ecosistemas mediante, primero, la implementación de las lecciones aprendidas de los proyectos sobre el terreno en toda la región y, segundo, la generación de apoyo financiero en favor del desarrollo rural sostenible con miras a contrarrestar la degradación de la tierra, la pobreza y la emigración.
Demak, una comunidad costera de baja altitud en Java, se ha visto asolada por la erosión, las inundaciones y la pérdida de tierras causadas por el hundimiento y la tala de una barrera natural protectora cercana compuesta de manglares.
En lugar de replantar manglares, esta innovadora iniciativa emblemática de la ONU ha construido estructuras similares a cercas con materiales naturales a lo largo de la orilla para amortiguar el impacto de las olas y atrapar los sedimentos, lo que logra crear condiciones para que los manglares se recuperen de forma natural.
A cambio de dejar que los manglares se regeneren, las personas locales que viven de la agricultura han recibido capacitación en técnicas sostenibles que han aumentado su producción de camarones. Gracias a que los manglares constituyen un hábitat para una miríada de organismos marinos, los pescadores también han visto mejorar sus capturas cerca de la costa.
Un elemento central de esta iniciativa emblemática es reunir a ingenieros y demás especialistas con organizaciones no gubernamentales y comunidades para elaborar soluciones adaptadas a las condiciones locales, un enfoque que puede reproducirse en otros lugares.
La Iniciativa Shan-Shui de China es enormemente ambiciosa y comprende 75 proyectos a gran escala para restaurar ecosistemas desde montañas hasta estuarios costeros a lo largo y ancho del país más poblado del mundo.
La iniciativa fue puesta en marcha en 2016 como resultado de un enfoque holístico de la restauración. Los proyectos se enlazan con los planes espaciales nacionales, trabajan a escala de paisaje o cuenca hidrográfica, incluyen áreas tanto agrícolas como urbanas y ecosistemas naturales, y buscan impulsar múltiples industrias locales. Todas las iniciativas incluyen objetivos en favor de la biodiversidad.
Ejemplos de ello son el proyecto de las cabeceras del río Oujiang, en la provincia de Zhejiang, que integra el conocimiento científico con los métodos tradicionales de cultivo. Entre las prácticas resultantes figuran la construcción de terrazas en las laderas y la combinación de cultivos con la cría de peces y patos, con el objetivo de que el uso de la tierra sea más sostenible.